martes, 16 de octubre de 2007

queuing

Acabo de trasladarme a Inglaterra para trabajar en el McDonalds de los farmacéuticos, hoy es mi segundo y penúltimo día en Nottingham, y ya que mi futuro trabajo me importa bastante poco por ahora, voy a comentar cosas que me llaman la atención, como coger un autobús:

- la gente espera perféctamente ordenada en fila en la parada, tanto las viejillas como los maleantes.
- al bajar del autobus le dan las gracias al conductor, todos.

En mi ciudad natal es un poco distinto...

- la gente espera en la parada o cercanías, y cuando llega el bus es la guerra. Las viejillas sacan los codos para que no pases antes que ellas, aunque lleguen las últimas o esté el autobús completamente vacio...
- al bajar del autobús (o en marcha) la gente se queja a gritos al conductor de haber parado lejos de la acera, o de que haya un charco, o de lo rápido que ha ido, o de lo tarde que es, o de no abrir las puertas inmeditamente al detener el bus...
Cuando los autobuseros de mi ciudad vean como la gente aquí da las gracias al conductor al salir se les tienen que saltar las lagrimillas...

Aunque lo del autobus me sorprende, en el sitio donde más lo he flipao con esperar en fila ha sido en la churrería a la salida de la razzmatazz...un montonaco de jóvenes borrachos y hambrientos esperando en filita para zampar patatas fritas...

2 comentarios:

Tomás dijo...

Pues vaya...como se lo montan los choferes...lo de las viejas me exaspera, sobre todo cuando hay un asiento de viejos libre, y yo etoy en el normal, y pretenden que me baje...señora, admitalo, eres vieja, y yo joven, al asiento rojo. Y encima no me digas luego con tono ironico "gracias, he?".

ains...

Jaco dijo...

ender, XDDDDDDDD.

A mí lo que más me sorprende de los autobuseros en Inglaterra, es que todo el mundo les tiene un respeto increíble. Una vez en Londres subió un tío con unas pintas de gángster increíbles, gritando por el móvil. Paró el autobús en plena calle, y subió a decirle que se callase... Yo pensaba que iba a ser testigo de la disminución de personal del transporte público londinense, pero no. Eso sí, luego el hombre se puso de maría cosa mala...