viernes, 28 de marzo de 2008

hiching a ride

El tío que escribe los guiones de mi vida es un fan de las series de humor un poco subrealista. El otro día me tenía preparado esto:

Un día de fiesta tengo que trabajar en una farma a la que voy en bus porque está lejillos. Los festivos la frecuencia disminuye considerablemente y había amanecido completamente nevado, así que fuí a la parada con tiempo de sobra. Después de llevar esperando más de 20 minutos y sin haber visto un bus en ninguno de los dos sentidos, me pongo a andar (todavía con tiempo de llegar a la farma).

A los dos minutos pasa a mi lado el bus. Que típico, sólo ha faltado que me mojara al pasar por encima de un charco. Ya que tengo que andar por la nieve, paso de ir por el centro porque ya está pisada y decido tomar un camino nuevo. Obviamente me pierdo. Pregunto a un señor que me da indicaciones diciendo que estoy al lado. Al rato sigo perdida, con los pies helados y rodeada de campos nevados. Le pregunto a otro señor y me dice que siga por la carretera de la izquierda. Hace 10 minutos que debería estar trabajando, estoy cansadísima de llevar andando media hora por la nieve...y se pone a nevar.

Paso de seguir andando y paro a una furgoneta, el único vehículo (he dicho culo!!) en la carreterucha esa. Es un tío con tres galgos en la parte de atrás. Me dice que estoy lejísimos y alucina de que haya llegado hasta allí andando y siguiendo las indicaciones de alguien. La carretera esta por lo visto sólo lleva a unas granjas, no está unida a la civilización.

Me aconseja que no me suba a coches con desconocidos pero se ofrece a llevarme. En el paseo en furgoneta me doy cuenta de lo lejísimos que estaba. Le agradezco al hombre que me haya recogido y le deseo que lo pase bien con los perros en la nieve.

Al llegar al curro me dicen que llego 15 minutos tarde y les digo que como está nevando el bus ha tardado más que de normal.

A mi guionista le gusta hacerme estas cosas, pero le tengo que agradecer que no sea fan de csi y no haber acabado troceada y de alimento para perros...

viernes, 21 de marzo de 2008

la enfermera borde

11 de la noche en la farma, sólo queda una hora para cerrar. Desde las 8 y media se atiende a través de una ventanilla. Suele estar bastante tranqui, alguna receta, problemillas estomacales y cosas así. En la tienda estamos sólo tres personas: el segurata, otro chico y yo.
Viene una señora de cuarentaitantos con una chapa que dice ‘Beckie, jefa de enfermeras’. El segurata es el primero que llega a la ventanilla:

Segurata: Buenas noches, ¿puedo ayudar?
Beckie jefa de enfermeras: No, pero el farmacéutico sí.
Yo: Hola
Beckie jefa de enfermeras: Quiero devolver esta crema (es una crema para los piojos y la sarna) porque no es el producto que quería.
Yo: No se pueden hacer devoluciones de medicamentos, cosméticos…lo pone en el recibo.
Beckie la enfermera enfadada: Por teléfono me han dicho que sí. No tengo el recibo.
Yo: Lo siento, pero no se puede.
Beckie la enfermera piojosa: Pues entonces quiero el otro producto. Es la misma marca, pero no es esta crema.

Recorro la tienda que es de larga como medio campo de fútbol (me encanta esa medida…) para buscar el otro producto. En el cajón sólo hay otro tipo de crema de esa misma marca, y se la llevo a Beckie para enseñársela.

Beckie la enfermera más zorra del mundo: Esta no es. Se supone que tú eres la farmacéutica…

Me tendría que haber cogido de libre elección ‘marcas de productos publicitarios para los piojos y la sarna en bilingüe’

Beckie la enfermera inaguantable: Por teléfono me han dicho que me habían reservado las cremas.

Hubiera ayudado que esto lo dijera desde un principio, pero le debe gustar que nos demos paseítos por la tienda. Le pregunto al segurata dónde habrán dejado algo reservado, ya que el trabaja allí siempre y para mí es el tercer día en esa tienda.

Beckie la enfermera borde: ¿por qué le preguntas al de seguridad si tú eres la farmacéutica?

La queremos matar, pero las ganas de que se vaya son mayores, así que buscamos por los cajones y hay un paquetito con dos cremas que pone ‘Beckie’.
Se lo enseñamos. Dice que eso es lo que quería y nos habla como muy cansada de nosotros. Quiere pagar con tarjeta. Como no pueden poner el pin se paga metiendo el numero de tarjeta y fecha de caducidad. Una vez concluída la transacción mientras nuestra querida Beckie le dice al segurata que es una vergüenza el servicio que ofrecemos, me dice que no quiere dos cremas, sólo una.
Le llamo al otro chico para desahogarme con él y para que me retenga en caso de que decida salir a arreglar mis problemas con Beckie cara a cara. Le devuelvo la tarjeta a la enfermera.

Beckie la enfermera amargada: ¿Cómo he pagado sin poner mi número pin? Quiero hablar con el manager…
Segurata: Son las 11 de la noche, no hay nadie más trabajando ahora.
Beckie la enfermera denunciante: Pues voy a venir mañana a poner una queja sobre el mal servicio que ofrecéis, porque sois unos incompetentes.

Si puede venir mañana a la tienda ¿por qué vendrá a estas horas a devolver una crema?

Si es que ya lo ponía en la entrada del país:

UK BORDER

viernes, 7 de marzo de 2008

the wand

Primero una lección breve de inglés: varita mágica se dice wand. No digáis 'magic stick' o vuestras compañeras de piso angloparlantes se reirán de vosotros toda la vida...

Dicho esto, ¿qué harías con una varita mágica que te concede lo que deseas? O algo ligéramente más probable, ¿si te tocaran los euromillones?
Piénsalo un ratillo y luego dale al vídeo...




Seguramente todos mis jefes de aquí morirían rodeados de sus riquezas y con un premio en la mano por haber logrado el objetivo de ventas para todo el año en un día, o algo así de triste. Pero aunque en la empresa para la que trabajo no lo puedan entender, el dinero no es lo único que hay en esta vida. Como decía el filósofo Homer-o:

"Tendrá todo el dinero del mundo, pero hay algo que nunca podrá comprar...

un dinosaurio"